Propongo que nos planteemos la siguiente pregunta: ¿Es posible transformar la tradición navideña, influenciada por las exigencias de una sociedad de consumo sin límites, en una donde mimemos los sentidos con productos que mejoren al mismo tiempo la salud de nuestro cuerpo y planeta? Probablemente una inmensa parte de la población española no contestaría en clave afirmativa a este supuesto, influenciados por la extendida creencia de que el placer está reñido con la salud. Placer que sólo se logra con excesos culinarios convertidos en el centro y objetivo de gran parte de las tradicionales  celebraciones del mes de diciembre. Pero las tendencias están cambiando gracias a la mayor información que existe y al interés que despierta el mundo de la nutrición. El caso es que intentar incorporar a nuestras fiestas manjares suculentos y saludables es un reto realista y necesario para disfrutar de estos días más a fondo sin sufrir las habituales secuelas de empachos, constipaciones, acidez o indigestiones. Mucha gente incluye entre sus propósitos de año nuevo la firme intención de enmendar todo el daño infringido a su cuerpo durante los meses anteriores, pero, ¿porqué dejar para mañana lo que se puede hacer hoy? Sería la mayor de las victorias despedirnos del 2006 cumpliendo esas encomiables promesas, sin cargos de conciencia y sentando unas firmes bases para lo que queremos que sea nuestra dieta del año siguiente. No hace falta empezar el 2007 recurriendo a una de esas conocidas dietas de desintoxicación post-navideñas que invaden los kioscos en el mes de enero. Como anfitriones tenemos la responsabilidad de mimar a nuestros seres queridos y proteger su salud, sobre todo en el caso de los más pequeños de la casa que van a disfrutar de un menú 100 % apto para ellos.

 

Navidades vegetales

Hay viejos clichés afortunadamente en vías de extinción que sostienen que la dieta vegetariana es aburrida. Uno de los ejemplos de lo trasnochado de esta idea lo podemos encontrar en las tiendas de alimentación natural y biológicas que están siendo invadidas por una interesante selección de productos delicatessen, libres de pesticidas, grasas saturadas o azúcares refinados. Estas nuevas incorporaciones al mundo de la alimentación alternativa son obra de la creatividad e ingenio de productores biológicos y pequeñas cooperativas, receptivos a la demanda de un sector de la población que además de salud busca deleitarse con nuevos sabores. Otra posibilidad que nos brinda la imparable globalización en una de sus pocas caras amables es la de acceder a vegetales remotos y exóticos que pueden transformar nuestras fiestas en festivales de color, texturas y aromas. Ha llegado el momento de desempolvar la gorra de explorador y recorrer mercados y fruterías en busca de verduras tan inusuales como la chirivía (raíz), la yuca (tubérculo), la okra (vaina), el daikon (nabo), el chayote (cáctus), el pak choi (acelga china) y tantas otras que no dejarán indiferente a ningún invitado. El mundo de la fruta también nos ofrece unas opciones increíbles como la exótica guayaba, el alquejenje, el rambután, la uva espina o ejemplares tan sorprendentes como el zapote negro que recuerda al mousse de chocolate en gusto y textura. ¿Y que tal si decoramos nuestros platos con flores comestibles? Pensamientos, capuchinas, begonias, violetas o lavanda no son fáciles de encontrar pero merece la pena el esfuerzo porque aperitivos, ensaladas o postres se convertirán en una experiencia gastronómica memorable.  

Preparando el menú de navidad

 Para elaborar una comida de lujo y saludable son imprescindibles una cierta dosis de imaginación combinada con algo de curiosidad y unos mínimos conocimientos de nutrición. Con estos ingredientes las posibilidades de triunfar están casi aseguradas. Además hay que planificar con tiempo para que las horas previas de preparaciones culinarias se conviertan también en parte de la fiesta y no en una carrera de obstáculos. Empecemos con un aperitivo sano y sabroso para picar antes de la comida: Chips de alga Nori. Son muy simples de elaborar: cortamos en cuadraditos una plancha de Nori y los pasamos por el wok caliente moviéndolas rápidamente con una cuchara de palo para que no se quemen. No hace falta más que unos segundos para que se tuesten y potencien su sabor. Y estos chips podeis servirlos con una crema ligera de frutos secos para mojar.

También podemos preparar sorbetes de hierbas para tomar entre plato y plato. Eso nos limpiará el paladar y el estómago, ayudando en la digestión. Hay diferentes opciones de licuados para poner en la heladora o sorbetera: una combinación de hinojo, perejil y apio, otra de tomate fresco con albahaca o una más refrescante de pepino con menta y eneldo. Quienes no dispongan de maquina de helados podrían servir pequeñas copitas de licuados o zumos de diferentes colores colocadas delante de cada plato a modo de decoración. Uno de los  principales retos a la ahora de organizar una fiesta vegetariana es buscar sustitutos contundentes a las opciones carnívoras. Las opciones más recurridas son las del tofu, seitán o tempeh, pero no son las únicas que podemos utilizar para elaborar nuestro plato principal. Estamos en la temporada de los frutos secos y su riqueza en proteínas, ácidos grasos esenciales, calcio, zinc, así como otros micronutrientes los hacen imprescindibles en nuestra dieta. Pero es que además su versatilidad e intensidad de sabor los convierten en una alternativa perfecta a otras proteínas vegetales Por esto y mucho más se merecen un especial protagonismo en nuestros menús festivos. ¿Ideas? bocaditos de pasta de castañas con cebolla roja y nueces; pastel de pimientos asados y avellanas; croquetas de piñones y boniatos; tortitas de pistachos… Potenciamos su sabor si los tostamos levemente (sin aceite) en el horno antes utilizarlos. Como postre no hay nada más ligero (¡¡que no todo tiene que ser gocho!!) y vistoso que un agar o gelatina de frutas, elaborada con el alga agar-agar. Lo confeccionaremos con una mezcla de zumos tropicales como maracuya, papaya o guayaba y le pondremos uvas, granadas y bolitas de diferentes frutas (melón, piña o chirimoya) que adornen la mesa con una amplia gama de colores. Otro postre sano para sorprender a nuestros invitados podría ser una mousse de chocolate con menta fresca picada, pero este será una versión muy particular y sanita ya que la haremos con chocolate de algarroba, nata de soja y xylitol. ¡Más de uno se va a quedar con la boca abierta al conocer los ingredientes! Y después de los postres podemos servir un exclusivo té blanco enriquecido con una ramita de canela, un trocito de corteza seca de naranja y unos granos de cardamomo que va a calentarnos el cuerpo y el corazoncito 🙂

 

Beben y beben y vuelven a beber….

Durante esta época del año, es usual que el alcohol esté presente en casi todos los festejos. Un consumo que algunas veces puede llegar a ser algo excesivo. Es difícil para muchos prescindir de la popular copa de cava para brindar pero existen buenas alternativas como la macatela (mosto bio) o los zumos de manzana bio gasificados que podremos decorar con unas rodajas de fresa. Para después de la cena sería aconsejable cambiar los alcoholes comerciales por licores caseros que elaboraremos nosotros mismos con unas semanas de antelación para que maceren. Para esto hay que comprar un buen aguardiente como base, azúcar integral de caña y el aroma que más nos apetezca. Hierbas aromáticas, bayas,  frutas o especias son válidas si escogemos ingredientes de buena calidad. En lo que respecta al vino, emulando a nuestros vecinos del norte de Europa, podemos preparar un estimulante ponche que nos ayudará a entrar en calor. Sólo hay que hervir durante unos quince minutos un buen vino tinto con cáscara de naranja, un palo de canela, unos clavos de olor, unos granitos de pimienta negra y un toque de nuez moscada. Si lo queremos dulzón le agregaremos unos daditos de manzana y un poco de miel. De esta manera contagiamos al vino de las propiedades de las especias, evaporando gran parte de su alcohol y haciéndolo apto para casi todos los públicos. Otros bebidas que deberían brillar por su ausencia estos días son los azucarados refrescos, pero si nos resulta muy difícil prescindir de ellos existen unas alternativas muy conseguidas como la cola bio sin azúcar de la marca “Evernat”. Y finalmente propongo ir un poco más allá en la búsqueda de placeres saludables dándoles a nuestros invitados algo tan esencial y simple como el agua. He dicho bien: agua. Pero no cualquiera. En “delicies.com”podremos adquirir aguas de rincones perdidos del mundo que nos transportarán con un sencillo juego de imaginación a esos manantiales ocultos y libres de contaminación que existen en nuestro planeta. Tasmania, Nueva Zelanda, Patagonia o las islas Fidji son algunos de los lugares donde viajar con el paladar. No hace falta gastar mucho dinero para sorprender y agasajar a los que compartirán estas fiestas con nosotros. Para vivir unas navidades perfectas y conseguir un equilibrio entre modernidad y tradición, hay dedicarle tiempo a la búsqueda y planificación de los menús, cariño a la hora de prepararlos y tener presente que el mejor regalo para nuestro organismo en estos días es mimarlo con cosas naturales y sanas.

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