Cuidado con los zumos industriales
Para aquellos que anden con prisas y piensen que con un zumo envasado tienen el cupo de salud cubierto ya les aviso que no siempre es así. Los zumos industriales procedentes de concentrado y azucarados NO pueden sustituir a los frescos porque son zumos “muertos”. Y no exagero: son sometidos a diferentes procesos para alargar su vida y en esos calentados pierden casi todas sus enzimas y micronutrientes. Es curioso como muchos fabricantes de la industria tradicional resuelvan esto añadiéndoles todas las vitaminas perdidas de forma artificial, en un “creativo” intento por devolverlos a la vida. Después sin ningún pudor promocionan estos zumos como ricos en “vitaminas A, B y C”, algo que se debería dar por hecho porque las vitaminas son inherentes a las frutas y no promocionarlo como una cualidad extraordinaria.
Pero la realidad es que con el ritmo de vida que llevamos muchas veces, no siempre podemos hacernos un licuado o zumo fresco cada mañana. ¿Entonces que opciones serían las más recomendables para comprar? Pues deberían cumplir algunas de las siguientes características…
- Ser refrigerados: Lo ideal es que sean refrigerados porque eso indica que no han sido sometidos a procesos térmicos muy agresivos y sus cualidades organolépticas y nutricionales se mantienen casi intactas. Y además de las vitaminas hay un elemento fundamental en las frutas que algunos agresivos procesos industriales van a destruir: Las enzimas. Un componente vivo y delicado que nos perdemos al tomar un zumo muerto. Cuidado con los “falsos frescos” tipo Sunny delight que por puro Marketing piden que se coloquen sus zumos en nevera cuando no lo necesitan porque básicamente son un jarabe azucarado artificial y muerto.
- NO procedentes de concentrado: Los zumos procedentes de concentrado son básicamente jarabe con agua y son zumos con un valor nutricional muy bajo, muy calóricos y que aportan pocos nutrientes valiosos a la dieta. Se puede pasar cuando en algunos zumos de la industria BIO le ponen concentrados de uva, manzana o similar para que ejerzan de endulzante natural (y evitar añadirle azúcar en zumos muy ácidos).
- NO azucarados: La fruta es naturalmente dulce si se la recolecta en su momento justo de maduración. Pero muchos fabricantes añaden cantidades exageradas de azúcar para alargarles la vida, camuflar fruta de baja calidad, aumentarle el sabor (una vez más el azúcar potencia el sabor de la fruta sosa y recolectada antes de tiempo) y en general se les añade azúcar porque el paladar del consumidor medio se ha acostumbrado a buscar dulzores intensos (algo que sin duda la industria ha fomentado). Ponerle azúcar a un zumo es una aberración y un contrasentido. Por poner un ejemplo gráfico sería como comer super sano y a la vez tomar drogas duras 😀
- Siempre que podamos bio: Aunque no son muchos los zumos refrigerados bio, incluso los no refrigerados procesan la fruta con métodos más suaves y respetuosos y usan frutas de mejor calidad (y tienen fechas de caducidad por esto más cortas). Además en los zumos es todavía más importante que en cualquier otro producto usar frutas y verduras que no lleven químicos y pesticidas ya que al ser procesadas con su piel todos estos elementos nocivos se transferirían al zumo. Sea como sea, que ponga BIO no es siempre garantía de salud y es fundamental leer las etiquetas para ver qué elementos componen el zumo y que método de envasado han seguido.
Os pongo un ejemplo de un zumo que tiene una muy buena relación calidad-precio y reune casi todos los requisitos de los que hablaba antes: La marca española de zumos EKOLO.
…Y os pongo lo que cuentan ellos en su web sobre el proceso de elaboración:
«Los Zumos Ékolo se obtienen exclusivamente a partir de 100% fruta fresca, recolectada en huertos de agricultura ecológica, en su momento óptimo de maduración, seleccionada manualmente y elaborada mediante métodos tradicionales que aseguran la plena conservación de sus vitaminas, aromas y propiedades originales. A diferencia de otros zumos, los Zumos Ékolo no proceden de concentrado, ni contienen ningún tipo de aditivo (azúcares, conservantes o agua).
Así por ejemplo, para elaborar una botella de zumo Ékolo de 750 ml se emplean más de 1 kg de manzana, pera o uva y 2 kg de naranja, mandarina o arándanos ecológicos. La fruta se prensa en frío y se decanta y pasteuriza a temperatura mínima, lo que garantiza su seguridad alimenticia y permite conservar al máximo sus propiedades organolépticas naturales.»