La sal rosa de la vida
La verdadera sal del Himalaya proviene de yacimientos que datan de millones de años, donde conservan su estructura primitiva inalterada, algo ya casi imposible de encontrar en la alimentación actual de nuestro sufrido planeta. Esto la hace ser muy valorada por terapeutas naturistas como un condimento de gran valor nutricional y una fuente más que interesante de energía curativa. Mucha gente la conoce en su formato más decorativo, ya sea como lámpara o soporte de vela pero en la parte de la casa donde nos puede traer más alegrías no es en el salón sino en la cocina.
Calidad antes que cantidad
Hay veces que más importante que limitar el consumo de sal sería eliminar de nuestra dieta la sal común (que no es más que cloruro sódico cristalizado) y añadir una sal que nos aporte nutrientes.
Lo absurdo de la sal de mesa además, es que se trata de una sal muy refinada sin potasio, yodo y otros valiosos minerales que muchas veces buscamos en otros complementos dietéticos cuando podemos obtenerlos con alimentos de consumo diario como una buena sal. Además no sólo no aportan sino que restan a la dieta ya que en el proceso de refinado se añaden antiapelmazantes que tienen la reputación de ser cancerígenos.
En las antípodas de esto tenemos a la sal del Himalaya que es rica en minerales y oligoelementos, y tomada con mesura enriquecerá nuestra dieta, regularizará nuestra circulación y actuará como un suave agente depurativo para nuestro organismo.
Los 84 elementos de la sal del Himalaya
De la cordillera más alta de nuestro planeta se extrae una sal, de extraordinaria pureza, con una composición rica en minerales que le confiere un suave tono rosado. Contiene 84 elementos químicos naturales, los mismos que componen nuestro cuerpo. Entre estos destacan alguno tan beneficioso para nuestra salud como el magnesio y manganeso que estabilizan nuestro ánimo y sistema nervioso, el fósforo y el calcio tan necesarios para los huesos y músculos o el hierro, fundamental para la formación de hemoglobina. Aquí va la lista completa:
“Hidrógeno, litio, berilio, boro, carbono, nitrogeno, oxigeno, flúor, sodio, magnesio, aluminio, silicio, fósforo, azufre, cloro, calcio, escandio, titanio, vanadio, cromo, manganeso, hierro, cobalto, níquel, cobre, zinc, galio, germanio, arsénico, selenio, bromo, rubidio, estroncio, itrio, circonio, niobio, molibdeno, rutenio, rodio, paladio, plata, cadmio, indio, estaño, antimonio, teluro, yodo, cesio, bario, lantano, cerio, praseodimio, samario, europio, gadolinio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio, lutecio, hafnio, tántalo, wolframio, renio, osmio, iridio, platino, oro, mercurio, talio, plomo, bismuto, plomo, polonio, astato, francio, radio, actinio, torio, protactinio, uranio, neptunio y plutonio.”
¿Mar o montaña?
En la cocina Bio se van incorporando cada vez más las sales de montaña, y entre ellas cobra fuerza la sal del Himalaya, ya que vienen de ambientes salubres protegidos de la contaminación que sufren muchas salinas que pueden saturar la sal de cloro, mercurio, pesticidas y otros agentes químicos, de cuestionable efecto para nuestra salud. Así que tanto las sales marinas como las rosas debemos asegurarnos que lleven el sello Bio (que certifican su pureza y origen protegido).
La sal rosa en solución o de como limpiarnos con sal
Por sus cualidades esta sal se usa muchas veces de base para la preparación de una solución salina muy útil para tratar enfermedades como las reumáticas, la arterosclerosis o para estimular la actividad gastrointestinal y el metabolismo. Asimismo se toma para eliminar los metales pesados de nuestro cuerpo, los depósitos calcáreos y otros residuos. Las curas bebidas con sal cristalizada del Himalaya se deben hacer principalmente para desintoxicarnos y estimular nuestras defensas.
La preparación de esta solución es muy sencilla (solución al 26%):
- Cogemos un bote pequeño de cristal con tapa.
- Lo llenamos de agua
- Vamos añadiendo sal y removiendo hasta que se sature o lo que es lo mismo, hasta que no se disuelva más. Podemos añadir trozos de sal y dejar todo un día hasta que ya no se disuelvan más.
¿Como tomarla?
- Como tratamiento puntual: Tomar en ayunas durante una semana una cucharadita de esta solución diluida en un vaso de agua. Lo mezclamos con una cucharadita que no sea de metal.
- Para limpiarnos dentro de una dieta detox: Preparar una botellita de agua con 1 o 2 cucharaditas de solución e ir bebiendo a lo largo del día.