Muchas veces, antes de empezar a introducir grandes cambios en nuestra alimentación, lo más importante es poner el contador a cero y limpiar nuestro organismo de todos los excesos cometidos. Para hacer esto vamos a contar con la ayuda de uno de los ingredientes más extraordinarios que nos ofrece la naturaleza que además es apto para todas las edades y públicos. Se trata de los germinados, que tienen la capacidad de depurarnos de una manera natural, sin recurrir a extraños cócteles de hierbas, mientras nos regeneran por dentro y favorecen la mejor asimilación del resto de los alimentos que ingiramos junto a ellos.
Un alimento muy vivo
Hay pocos ingredientes en la cocina que se puedan comparar con los germinados y más si pensamos que estos delicadísimos brotes son los únicos alimentos que podemos consumir vivos. Toda esa fuerza vital, en forma de enzimas y aminoácidos, la vamos a trasladar a nuestro organismo fortaleciendo nuestras defensas y mejorando el funcionamiento de muchos órganos. A esto se le suma que son una increíble fuente de vitaminas y minerales ya que al germinarlas estamos multiplicando hasta por 10 el aporte de nutrientes con respecto a su semilla o futuro vegetal, logrando así todo el sabor de la futura planta pero sin su aporte calórico. Todo este potencial de salud ha captado la atención de muchos investigadores, como los de la asociación americana contra el cáncer o la Universidad “Johns Hopkins” que andan revolucionados tras los prometedores resultados que los primeros estudios sobre las semillas germinadas están arrojando. La realidad es que si alimentos como el brócoli o la soja ya destacaban por sus propiedades anticancerígenas, su versión germinada se ha convertido para muchos en un filón de salud. Para lo que también se está descubriendo como un alimento increíble, según un estudio de la universidad canadiense de Saskatchewan, es para las mujeres embarazadas. Parece que incluir 200 g de diarios de diferentes brotes podría prevenir futuras enfermedades neurodegenerativas y cardiovasculares en los bebés. Además germinados como los de alfalfa o soja están muy recomendados para mujeres en la etapa de la menopausia o durante la menstruación ya que son uno de los alimentos que aportan más fitoestrógenos. Estos componentes unidos al resto de sus propiedades antioxidantes, son muy efectivos para evitar muchas de las molestias menstruales y prevenir algunas de las enfermedades asociadas a la menopausia como la osteoporosis. Ahora sólo falta esperar que la difusión de sus propiedades ayude a que se acreciente su producción para que sea cada vez más fácil disponer de ellos en las tiendas de alimentación.
Una semana de germinados
- Esta semana debería empezar con un buen bol de ensalada de frutas en la que incluiremos un puñadito de brotes de alfalfa. No hace falta incluir una gran cantidad que anule el sabor de la fruta y si nos resulta muy seco podemos añadir un yogurt de soja para mejorar la textura.
- Otra opción para el desayuno es untar nuestras tostadas con un poco de puré de tomate con aceite de oliva y como “topping” ponerle un poco de brotes de berros o rúcola.
- Una forma rápida de transformar nuestros brotes sería licuándolos con verduras y frutas. Es conveniente no tomar estos licuados por la tarde-noche ya que son muy energéticos y podrían afectar a nuestro sueño. Si queremos aumentar su poder depurativo es una buena idea agregarles siempre medio limón exprimido y si es de verduras un poco de perejil fresco que es muy diurético.
- Para comer lo más fácil es prepararnos unos sándwiches con pan negro pero para evitar que nuestros brotes se caigan es conveniente untar las rebanadas con algun tipo de crema de frutos secos, tahini, mostaza o miso.
- Un snack ligero entre horas para llevar más ligero podemos untar un poco de houmous sobre una hoja de cogollo de lechuga y ponerle por encima unos brotes de cruciferas o cebolla o puerro.
- Para un plato más contundente deberíamos probar salteando unos brotes en el wok para mezclar con un plato de pasta. Para esto sólo debemos utilizar germinados de legumbres como lentejas, soja, judías, garbanzos o azukis que son los más resistentes al calor y así además les anularemos los posibles efectos antinutritivos que pudieran quedarles en los granos. Si los salteamos con otras verduras es bueno no incorporarlos hasta el final y no dejarlo más de un minuto para no matar todas sus enzimas.
- Si los queremos comer en caliente pero no cocinarlos (sobre todo en el caso de los brotes pequeños) una sabrosa alternativa es ponerlos por encima de cremas de verduras calientes. Eso nos dará un interesante contraste entre frío-calor, cremoso-crujiente. Por ejemplo quedarían muy bien unos brotes de mostaza encima de una crema de zanahoria y naranja. O unos brotes de puerro sobre una crema de calabacín y nueces. Combinan especialmente bien los brotes de col o lombarda con el puré de patatas y le dan un toque de color y sabor sorprendentes.
- ¿Y que tal incluir trigo germinado en la elaboración de nuestros panes? Así estarán mucho más enriquecidos que si utilizamos sólo harina integral, y lograremos una textura húmeda y un sabor intenso
Y antes de consumirlos hay que lavarlos muy bien, sobre todo si llevan varios días en nuestra nevera por si acaso hubiesen desarrollado esporas de hongos.
Realmente la gama de semillas para germinar que nos ofrece el mercado biológico es tan extensa que no nos resultará nada complicado incluir en nuestra dieta al menos una ración de germinados al día, y los resultados en nuestra salud, no van a hacerse esperar….
No olvides que para empezar a germinar en tu casa puedes descargarte gratis LA GUÍA RÁPIDA DE BROTES PARA EL AGRICULTOR URBANO