Las aceitunas son una de las mayores joyas gastronómicas que posee la huerta española pero durante muchos años no se las ha tratado con el respeto que merecen. Afortunadamente gracias a los esfuerzos de la agricultura ecológica por recuperar los sistemas tradicionales de producción de un alimento tan especial, es que vamos a poder volver a disfrutar de nuevo de todo el potencial de estos frutos.
Me explico: Las aceitunas (como las algas) tienen la capacidad de absorber con gran facilidad los residuos de pesticidas y abonos químicos que utilizan los agricultores convencionales desde hace ya unas décadas, y esos productos químicos después irán irremediablemente a nuestro cuerpo. ¡Imagínate todos los residuos químicos que han ido entrando en tu cuerpo estos años vía “inofensivos” aperitivos! 🙁 Afortunadamente en España ya son muchos los agricultores y productores ecológicos que nos brindan la oportunidad de disfrutar de todas las variedades más emblemáticas y prestigiosas de nuestro olivar como son la Picual tan rica en polifenoles, la sabrosa negra de Aragón, la pequeña Arbequina o la popular Manzanilla.
Aceitunas, un aperitivo de salud
Las aceitunas además de aderezar nuestras ensaladas o ser un fácil aperitivo también son una increíble fuente de salud para nuestro organismo. Consumiendo sólo cinco al día ya le estaremos dando un considerable aporte de energía, y estaremos aumentando la necesaria dosis diaria de fibra. Pero estas cualidades son las menos destacables. Las aceitunas son un excelente remineralizante, su ácido láctico facilita la absorción del calcio y el fósforo en el aparato digestivo y su equilibrada proporción de grasas moninsaturadas y ácidos grasos esenciales son un buen aliado contra el colesterol. Cuidado aquellos que sufren hipertensión o retienen líquido ya que al ser procesadas como conserva, suelen contener altísimos niveles de sodio. Un truco para eliminar una gran parte de este es dejarlas en remojo una hora antes de utilizarlas. Y si no sabes si decantarte por las verdes o las negras, elige estas últimas: se digieren mejor y no son tan astringentes como las verdes.
Aceitunas calientes
Estamos tan acostumbrados a utilizar las aceitunas sólo como aperitivo o en ensaladas que a muchos se les olvida lo deliciosas que pueden quedar en nuestras preparaciones calientes. Más allá de incluirlas en rellenos, el particular sabor de estos frutos puede transformar nuestros platos de cereales y salsas. Una buena receta donde incluirlas, enteras o en láminas, sería en las salsas de tomate junto con hierbas frescas o en salsas cremosas que incluyan natas de avena o almendra. A la hora de elaborar nuestras proteínas caseras, incluir unas aceitunas negras picadas en la masa de nuestro seitán o la mezcla de nuestras hamburguesas les va a dar un toque único y muy sabroso. Y si los niños de la familia necesitan coger peso o no comen bien, una buena idea es hacerles sándwiches que incluyan un poco de paté de aceitunas para así asegurarnos que recibirán una buena dosis de calorías y nutrientes.