Hace no mucho tiempo hablar de leche de soja era hablar de un ingrediente cuanto menos raro y reservado para un público muy minoritario y alternativo. Pero en la última década esta bebida, nacida en China hace más de 2.000 años, ha dado un enorme salto de encontrarse sólo en tiendas de alimentación natural a estar en la práctica totalidad de los supermercados de nuestro país. Lo curioso es que pese a esta sorprendente expansión comercial todavía hay mucho prejuicio entre el público general. Y esa es la razón de este post: ¡Quiero reivindicar esta super leche vegetal! Porque… probarla y usarla es amarla 🙂
Porque además las leches de soja de calidad no tienen nada que envidiar en cremosidad a las leches de vaca. Y es que la evolución de la industria alimentaria alternativa está creando leches vegetales de increíble calidad y sabor que nada tienen que ver a las primeras versiones que aparecieron en nuestros supermercados hace varios años ya. Para aquellos que la hayan descartado después de sólo una cata, el mejor consejo que podría darles es que no se conformen con probar una sola marca. Las diferencias de sabor entre algunas de ellas son taaaan grandes que pueden ser la diferencia entre odiarla o hacerse fan nº 1. Lo ideal es comprar un mínimo de 5 marcas distintas y realizar una cata ya que así nos resultará más fácil apreciar los diferentes matices entre cada una. Y cuando encontremos nuestra favorita, es muy probable que nunca más nos acordemos de la leche de vaca.
Entre mis marcas favoritas están: Naturgreen, Bjorg y Ecomil que están muy ricas, se hacen con sirope de agave y son bio.
Leche de soja versus leche de vaca
Dicen que las comparaciones son odiosas. En este caso no es así y os voy a desvelar la conclusión antes de empezar: Gana la leche de soja 🙂 Está claro que sólo por la crueldad de la Industria lechera no necesitaríamos hacer un ranking para ver que leche es mejor pero creo que es importante analizar las propiedades de ambas para llegar a la misma conclusión por el lado de la salud.
Para empezar hay que destacar que la leche de soja es 100 % libre de colesterol, algo que la hace más que recomendable para personas que sufren enfermedades cardiovasculares, hipertensión o problemas de obesidad. Por otro lado constituye una increíble fuente de aminoácidos esenciales fundamentales, osease proteínas completas, sobre todo para aquellos que no consumen productos de origen animal. En lo que se refiere al contenido de calcio, podría parecer que la balanza se podría inclinar a favor de la leche de vaca, pero no es así. Y no sólo porque las nuevas leches de soja vienen enriquecidas con bastante calcio. La soja ya es un producto naturalmente muy rico en calcio pero que no “acidifica” el cuerpo como la leche animal y así no obliga al cuerpo a equilibrar su nivel “ácido-alcalino” descalcificando los huesos. Además destaca de la leche animal por su enorme riqueza en fitoestrógenos, tan importantes para las mujeres. Por eso la soja además de ser un poderoso anticancerígeno, sobre todo en los cánceres relacionados con las hormonas, es uno de los mejores alimentos para mujeres de más de 40 años. Si siguen una alimentación rica en este alimento muchas mujeres podrán enfrentarse mejor a la menopausia reduciendo considerablemente sus incómodos síntomas. Y tan completo es su aporte de nutrientes que son cada vez más los pediatras que la están recomendando para lactantes y niños con alergia a la proteína de la leche de vaca o con intolerancia a la lactosa. Aunque es conveniente aclarar que no todos los niños toleran bien la leche de soja debido a sus azúcares que pueden dar problemas digestivos y por eso hay que introducirla poco a poco en la dieta del pequeño. En definitiva, la leche de soja es uno de los alimentos más completos que podemos tomar, lleno de propiedades y sin ninguno de los inconvenientes de la leche de vaca.
Leche de soja para TODO
La leche de soja se puede utilizar perfectamente en cualquier receta en la que utilizásemos leche de vaca con los mismos resultados. Sólo hay que tener en cuenta que para recetas saladas debemos utilizar las “nature” y para las dulces las endulzadas, a ser posible, por sirope de agave. Os dejo dos buenos ejemplos de donde queda mejor usar leche de soja:
– Batidos: la leche de soja es perfecta para usar en batidos de fruta ya que así evitamos las fermentaciones tan peligrosas que se dan mezclando lactosa-fructosa.
– Kefir: Otra posibilidad muy interesante es elaborar nuestro propio kéfir de soja y para eso necesitaremos hacernos con unos gránulos de kéfir sanitos. Sólo hay que dejarlos dentro de la leche de soja a temperatura ambiente durante 24 a 48 horas. Colar y beber en los siguientes 2 días. Hay que recordar que los gránulos de kefir en leche de soja no proliferan y que a la larga dejarán de estar activos.
Nuestra propia leche de soja
Los verdaderos fans de la leche de soja no deben dejar de vivir la experiencia de prepararla ellos mismos. Así la podrán tomar muy fresca y podrán aromatizarla como quieran. Para hacerla en casa tenemos dos opciones. Si la consumimos a diario lo que más nos puede interesar es adquirir una maquina para elaborar leches vegetales, que además la tendrá lista en unos 15 minutos sin perder casi nutrientes y nos permitirá hacer combinaciones con semillas o frutos secos. Este tipo de máquinas a priori nos pueden parecer un poco caras pero tomando leche de soja a diario en unos meses la habremos amortizado de sobra, sobre todo si nos proveemos de soja a granel en nuestro supermercado biológico habitual o por internet. A tener en cuenta que el sabor puede ser más recio que el de algunas marcas comerciales y por eso muchos paladares necesitarán acompañarla de un toque de malta de cereales o sirope de agave para suavizarla un poco.
Si somos consumidores ocasionales y queremos probar como puede saber nuestra propia leche de soja existen varios sistemas de elaboración, aunque todos más lentos y laboriosos. El que yo sigo normalmente consistiría en poner unas habas de soja partida (sin piel) biológica en remojo unas 12 horas. Seguidamente las colamos y las ponemos a cocer con abundante agua durante unos 20-30 minutos. Las colamos, enfriamos con un chorro de agua fría y batimos con 3 veces su volumen en agua, una pizquita de sal marina o sirope de agave si la queremos para acompañar bebidas calientes. Pasamos por un colador de tela o gasa grande de farmacia, apretando bien para sacarle todo el jugo. Y ya sólo queda recordar que hay que guardarla en la nevera, a ser posible en una botella de cristal de cierre hermético y consumirla en antes del fin de una semana. Si queremos una leche más personalizada podemos ponerla a hervir de nuevo con vainilla, piel de limón o naranja, canela en rama o semillas de anís.